Materiales baratos, fáciles de conseguir localmente (independencia). Fáciles de hacer y guardar.
• Costos bajos, comparados con los precios de los abonos químicos.
• Su elaboración exige poco tiempo y puede ser planificada y escalonada de acuerdo con las necesidades de los cultivos. Eliminan factores de riesgo para la salud de los trabajadores agrícolas y se obtienen resultados a corto plazo.
• No contaminan el medio ambiente y respetan la fauna y la flora.
• Los abonos son más completos, al incorporar a la tierra los macro y micronutrientes necesarios para el crecimiento vigoroso de las plantas.
Normalmente los agricultores elaboran los abonos orgánicos de acuerdo con las necesidades inmediatas de sus cultivos, por lo que no es una práctica muy común guardarlos por mucho tiempo. Cuando guardan una determinada cantidad de abono, regularmente lo hacen con la finalidad de dejarlo añejar más tiempo, para luego utilizarlo en los viveros o como semilla de inoculación microbiológica para elaborar un nuevo abono. Sin embargo, durante el corto período que puede quedar almacenado antes de ser utilizado, es recomendable guardarlo bajo techo para protegerlo del sol, el viento y las lluvias. Algunas experiencias indican que no se debe esperar más de dos meses para aplicarlo en el campo.
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